domingo, 22 de mayo de 2011

Leía sobre lo alarmante que es, el creciente aumento de  la obesidad infantil en España.  La vida moderna, los cambios en los hábitos alimentarios, la vida cada vez mas sedentaria que llevan los niños, hace que el consumo de calorías sea cada vez mayor, y el gasto energético cada vez menor.

En este artículo plantean la tendencia en la población infantil, a cada vez estudiar mas, a permanecer mas tiempo frente a computadora o sea mas actividades sedentarias, e ir dejando los deportes y los juegos activos.
Así como también las familias han ido perdiendo el hábito de elaborar alimentos, y aumentan el consumo de comida ya elaborada (pizzas, hamburguesas, etc). Todo esto favorece la obesidad infantil.


"Es evidente que esta no es la pauta que siguen todos los niños, pero las investigaciones apuntan que, durante las últimas décadas, por cuestiones de comodidad y tiempo, la fruta, la verdura, las legumbres y el pescado han perdido peso en la dieta infantil en favor de la comida rápida, las chuches y la bollería. Y las actividades físicas tradicionales se han cambiado por la televisión y los videojuegos. Según un estudio elaborado por los farmacéuticos de Castilla-La Mancha, siete de cada diez niños no comen las cinco raciones diarias de fruta y verdura recomendadas, y prácticamente tres de cada diez no toma pescado ni dos veces a la semana. Por otra parte, el 9% no hace ejercicio durante la semana y el 21,6% no tiene actividad física durante el fin de semana."

"Los especialistas subrayan que para que un niño adelgace la receta no es ponerle a dieta, sino cambiar sus hábitos para que lleve una alimentación sana y, sobre todo, para que gaste más energía de la que consume. “Las normas básicas en la dieta de los niños son tomar los lácteos desnatados; tomar un mínimo de cuatro raciones de alimentos ricos en fibra como fruta, verdura y ensalada; poner en los bocadillos menos embutido y lechuga y tomate para que llenen; y eliminar el picoteo de chucherías, refrescos, zumos, patatas fritas y similares”, indica Dalmau. Martos remarca que lo importante es evitar los excesos, ordenar la alimentación e incrementar la actividad física. “La receta básica es hacer cinco comidas al día y no picar entre horas; no tomar bebidas azucaradas, comer raciones más pequeñas y más despacio, y una hora de ejercicio al día; con esas pautas un alto porcentaje de los niños con problemas de peso que llegan a la consulta tiene suficiente”, dice Martos.

Claro que este cambio de hábitos no siempre es fácil, porque requiere de la implicación de toda la familia. “No se puede dar al niño obeso un bocadillo de tomate y lechuga y a su hermano uno de jamón, queso y mayonesa; eso no lo aguanta nadie”, advierte Dalmau. Y subraya que, dado que la dieta infantil no es más que un listado de pautas saludables, debe seguirla toda la familia, cambiando únicamente las cantidades en el caso de los adolescentes. “Si en lugar de obesidad el niño tuviera cáncer, toda la familia estaría dispuesta a sacrificarse para ayudarle; pues padres y hermanos han de hacerse a la idea de que la obesidad es una enfermedad familiar que no se escoge y que toda la familia ha de contribuir”, comenta Dalmau. Martos añade que hay que concienciar tanto al entorno más cercano como a tíos y abuelos  propensos a dar al niño todos los caprichos para que esté contento. Una solución fácil es no tener en casa los alimentos que conviene restringir, como refrescos, chuches o bollería. “Si se tienen otros hijos que no tienen problemas de peso, se les puede dar alguno de estos caprichos de tarde en tarde, cuando el que tiene que adelgazar no esté presente”, sugieren los expertos"
Leer el artículo completo aquí

0 comentarios:

Publicar un comentario

Más Información

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Seguidores

Artículos mas leídos